[También puedes llamarme Crista]

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Y podrías llamarlo el fin del mundo...

lunes, 6 de diciembre de 2010

Cuando conocí a Pensamiento, lo primero que se me pasó por la cabeza fué
"Mierda, me ha calado."

-
¿De qué me sirve preguntarte como has sabido que vivía aquí? -prosiguió él, con la mirada clavada en los ojos azules de Pensamiento.- Seguro que esa maldita puta de Suerte se ha encargado de darte mi expediente. Bah.
Tres segundos antes de que se le ocurriese pensar en las consecuencias de lo que había dicho, tenía una pistola apuntándole a la cabeza.
-No insultes a Suerte. -siseó ella.- Nunca. Te lo advierto.
-Con tranquilidad, pequeña Pensamiento. -contestó él, con una sonrisa enigmática.- Yo no estoy solo, y nunca se sabe...
-¿Qué? -ella vaciló un segundo. Dos después, el chico con el que había pasado la noche, (¡Sean!), entró en el salón, con una toalla alrededor de la cintura, y secándose el pelo con la mano.
-...¿Anders?
-Tranquilo, Sean. No pasa nada. Te presento a Pensamiento. Pensamiento, el es Sean.
-Encantado.
Pensamiento se volvió para observar mejor al joven. Y abrió mucho los ojos, sorprendida, y casi asustada. Ni siquiera notó que Anders le quitaba el revolver. Solo se quedó ahí, sorprendida.
Sean la miró, entre asustado y arrepentido.
-No sabe nada. -murmuró.
La chica pareció volver a la normalidad con aquellas palabras.
-Me imagino. -respondió fríamente.- Ya te hubiese echado.
-¿De qué va todo esto? -interrumpió Anders, ahora molesto de verdad.
-Nada. -la voz de la joven sonó cortante, muy cortante.-Yo he venido por otra cosa. Deberías estar muerto.
-Pero no lo estoy. -repuso él, con una sonrisa pícara.
-Pero no lo estás... Precisamente por eso he venido.
-¿Suerte te ha mandado a matarme?
-Oh, no, no. Todo lo contrario.
Ahora sí que estaba perplejo. Él, Anders. Estaba sorprendido. Increíble.
-Me he perdido.
Pensamiento se relajó, y le sonrió. No fué una sonrisa amable... fué más bien de superioridad.
-Necesitamos a alguien como tú. Un rebelde entre los rebeldes, un renegado, un proscrito. La típica persona que diría no a lo que estoy a punto de proponerte. Necesitamos... un héroe.
-No.
-¿Lo ves? -Pensamiento sonrió de verdad por primera vez. Se le hacían hoyuelos en las mejillas, y sus ojos se volvían chiquitines y brillantes. Tenía una sonrisa bonita.
Pero Anders no se retractó.
-No soy un héroe.
-No te he dicho que lo seas. No pienso que lo seas. Porque tu tienes razón. No eres un héroe.
Todavía no.

"Y lamenté tener razón."

2 comentarios:

  1. Me gustan los todavía, porque rebosan de posibilidades y futuros (:
    Y me gusta Pensamiento, porque tiene mucha fuerza.

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  2. Cualquier persona que se lamente de tener razón se gana mi respeto. Y cualquier persona que diga que no es un héroe me gusta.

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WANNA HEAR YOU SCREAM.