Le encantaba el Tejado. Allí habían tenido lugar sus mejores revelaciones.
Odiaba el Tejado. Abel Reih estaba empeñado en robarle el sitio.
No olvidemos que Vega y Abel eran Enemigos a Muerte Para Siempre. (Algo parecido a Friends for ever pero más fuerte).
Así que allí estaban, el lunes por la tarde.
-¿No tienes deberes? -le preguntó Abel, con aquella sonrisa que tanto le encanta... que tanto odiaba, al mismo tiempo.
-¿Y tú? -le contestó ella, con un gruñido, apoyando la cabeza en su brazo.
-Nah.
-¿Qué tal tus padres?
-Se pelean.
-Eso ya lo sé.
Abel y Vega se conocían desde los dos años. Su enemistad era algo bien forjado y meditado.
-Ya. -Abel se quedó un rato callado (Mala Señal donde las haya) antes de añadir- ¿Qué pasaría si te tirase ahora del Tejado?
Vega se levantó y anduvo (como una bailarina, como si en cualquier momento fuese a batir las alas tatuadas de su espalda y a echar a volar) hasta el borde y desde allí le miró a los ojos.
-Empújame fuera del tejado, Abel.
En los labios de él asomó su sonrisa y se acercó a su Peor Enemiga para agarrarla por la cintura
(para Abel el cuerpo de Vega era tan familiar como el suyo propio, y viceversa)
y darle un beso de los suyos en la mandíbula.
-No me atrevería a tirarte de aquí, Lyra. Este es tu sitio, y sería como profanarlo. Además, seguro que tu espíritu volvería solo por que no me has atormentado lo suficiente
-No me atrevería a tirarte de aquí, Lyra. Este es tu sitio, y sería como profanarlo. Además, seguro que tu espíritu volvería solo por que no me has atormentado lo suficiente
Eh, los enemigos tienen un noséqué que los amigos no tienen. Éstos en concreto me han gustado mucho... Sobre todo lo de "Su enemistad era algo bien forjado y meditado" xD
ResponderEliminarMe ha gustado mucho... esos enemigos tan amigos
ResponderEliminarPorque en el fondo, quiere que sigan haciéndose la vida imposible mutuamente!
ResponderEliminarPero aw. Coincido plenamente con Eureka.
Las enemistades tienen sus cosas bonitas. (Y no se rompen)